Génesis 37-46

José amaba a Dios. Sus padres también amaban a Dios. José tenía once hermanos. A algunos de ellos José no les agradaba. Ellos lo vendieron a unos hombres que tenían camellos.

Esos hombres llevaron a José a Egipto. Allí, José fue un esclavo del Faraón. Tenía que trabajar muy duro.

"No sé porque estoy esclavo" dijo José, "Pero Dios es sabio, Él me ayudará".

José le agradaba a Faraón pues trabajaba mucho. José además era muy sabio. El Faraón quiso que José le ayudara.

"¿Qué debo hacer? Preguntó Faraón.

"No va a haber lluvia en Egipto, debes guardar alimentos" respondió José.

"¿Cómo lo sabes?" preguntó Faraón.

"Dios me lo dijo" dijo José.

"Tú eres muy sabio" le dijo Faraón.

"Es Dios quien me hace sabio", respondió José.

"Te pondré a cargo de mucha gente" dijo Faraón.

José estuvo a cargo. Le dijo a la gente que guardara alimentos. Después de eso no llovió más.

Fue tal cual como lo dijo Dios. José estaba a cargo de darle comida a la gente. ¿Imaginas quién le fue a pedir comida?. Sí, su familia.

José estaba tan feliz de volver a ver a su familia. Le dijo a sus hermanos que los perdonaba. La familia estuvo nuevamente reunida. Dios había hecho que de algo malo saliera algo bueno.